Tishk Barzanji es un artista kurdo afincado en Londres que abraza por igual el modernismo y el surrealismo en unas obras en las que la arquitectura, por muy onírica que sea, siempre tiene un papel protagonista. Su proceso creativo trata de espacio, color, deconstrucción, romper fronteras, comprender el espacio vital en este mundo en rápido movimiento y las interacciones humanas dentro de estos sitios. Barzanji llegó como refugiado a Londres en 1997 donde estudiaría Bellas Artes en Richmond upon Thames College y Física en la Universidad de Loughborough.
Los paisajes atmosféricos y surrealistas de Tishk Barzanji se adentran en nociones de espacio, tiempo y conexión humana. Los primeros ocho años de su vida lo pasaría en el Kurdistán iraní, algo que marcará también su obra. “Vivir allí fue muy profundo”, dice. “Viajé por algunas ciudades de Irak con mi papá. Lo que se me quedó grabado en estos viajes fue el terreno, y lo clara que era la luz y cómo se proyectaban las sombras en las calles». No será su único viaje, así, aunque su llegada y estancia en Londres influirá en la construcción de sus espacios, encontraremos igualmente referencias a Nueva York y a otros lugares que a lo largo de los últimos años ha tenido la oportunidad de conocer de cerca.
“El estilo en el que trabajo se unió después de un año de investigar la teoría del color: la relación entre los colores y cómo crean una atmósfera. Quería crear piezas de trabajo que mostraran simplicidad y complejidad, con las ricas atmósferas creadas por los colores. El surrealismo es un tema recurrente en mi trabajo, con un toque de modernismo. Intento lograr una estética que fluya y conecte el espacio y los colores.” Tishk Barzanji
La arquitectura, el color, y sus estudios de física son claras influencias en su obra pictórica. Para Barzanji, la arquitectura es como un escenario para las ideas que quiere retratar: “Pasamos la mayor parte de nuestras vidas dentro de los edificios, así que lo veo como una extensión de nuestras vidas, al igual que el papel que juega la naturaleza.” En cuanto a la física cuenta que: “La física me enseñó a ser muy metódica y a cuestionar todos los aspectos de lo que estoy haciendo. Cuando me acerco a un nuevo trabajo, lo resuelvo como una ecuación. Todo en la pieza debe tener un equilibrio.”
Otra de las características de su obra son sus personajes; siluetas negras que interactúan solas o acompañadas, moviéndose en complejos escenarios llenos de detalles. “Elegí siluetas negras porque quería que los personajes fueran anónimos y no juzgados por la raza. No había ninguna razón en particular para usar negro, simplemente funcionó bien en la composición.”
La ansiedad y el aislamiento también impregnan parte de su obra “Hace unos años, experimenté una ansiedad total y no salí de mi casa durante ocho meses. Me sentí atrapado, así que creé arte para expresar cómo me sentía. Me di cuenta de que afecta a muchas personas en esta generación debido a la naturaleza acelerada de la vida. Algunas personas pueden quedar aisladas por varias razones. Quería no solo resaltar eso, sino decirle a esa gente que siento su lucha. Te escucho y estoy aquí para ti.” Barzanji quiere llevar con su obra un mensaje de esperanza, aspiración y crecimiento.
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