“La pintura es una especie de meditación porque no estás contigo, estás fuera de ti, del otro lado. Cuando estás meditativo estás metido en la pintura. Usas la razón cuando te sales del estado meditativo y piensas la composición, qué color poner, cuál es la paleta que voy a usar”. Arturo Rivera
El 29 de octubre del 2020, moría en Ciudad de México el artista plástico Arturo Rivera, nacido en esa misma ciudad en 1945. Estudió pintura en la Academia de San Carlos entre 1963 y 1968. En 1969, presentó su primera exposición individual en homenaje al Che Guevara, en Molino de Santo Domingo. En 1973, estudió serigrafía y fotoserigrafía en Londres. En 1976, se trasladó a Nueva York donde trabajó como ayudante de cocina, obrero de la construcción y como obrero en una fábrica de pintura, y en 1978 comenzó a utilizar formas realistas, por las que se hizo conocido. En 1979, por invitación de Mac Zimmerman, se fue a Múnich, Alemania, como su asistente. Regresó a México en 1981.
Aunque fue parte de la generación que vino luego del grupo de la “Ruptura”, Rivera fue muy distinto de sus contemporáneos; tomó como sus maestros a los artistas del Renacimiento y el barroco flamenco; sus primeras influencias las ubicó en Van Gogh y en Rembrandt.
La obra de Arturo Ribera está llena de horror y belleza. Habla de muerte y resurrección, de orden y caos. Su trabajo es difícil de asimilar, por lo que le costó entrar en el mercado. Sobre esto Rivera comentó: “Los críticos hablan sobre la belleza de lo terrible. Son ellos quien lo dicen, yo no puedo verlo así, soy el menos objetivo con mi obra”. Rivera retrató personajes en contextos oscuros con las que exploró la condición humana. Animales muertos, vivos y en ocasiones con atributos humanos, conviven con cuerpos desnudos y elementos anatómicos en sus cuadr
Arturo Rivera fue un artista que llevó a la pintura los más complejos contrastes de su mundo interior. La evolución de su obra da cuenta de etapas muy personales, ciclos que pasaron por la Academia de San Carlos, donde aprendió que el arte es una disciplina de rigor; por la fiesta, los excesos y la locura en su juventud en México y NY; por la depresión y la angustia; por los hallazgos artísticos en Alemania, y por la crisis, tras su regreso a México.
“Mi pintura ha cambiado mucho porque yo cambio, pero no puedo meterme en el cartabón de lo que piden. Creo que el artista está contento en el momento de hacer arte, pero siempre estará inconforme, no sabe si la obra vale. Para mí, siempre una obra es algo nuevo. No puedo pintar algo que no soy; con la pintura para ser original tienes que llegar a tu origen y sólo se llega él con un trabajo de introspección” Arturo Rivera
“Necesito que se reivindique la pintura. De repente algunos dicen ‘ya volvió la pintura’; pero no, nunca se ha ido, pasó una nube gris que se llama mercado. A mí me tocó la cola de la Escuela Mexicana que era de mucho rigor; pero hoy en las escuelas no hay nada de pintura. A la pintura la quieren matar los que no saben pintar, se están agandallando todos los museos”. Arturo Rivera
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