Michael Beitz es un artista de Nueva York que ha llevado el arte de la escultura hacia un terreno más propio del diseño, fusionando ambos términos con una meticulosa preocupación por los aspectos conceptuales del arte contemporáneo. La anatomía, la naturaleza, y sobre todo la creación de muebles imposibles, son temas recurrentes en toda su obra. Beitz, que ya en su adolescencia descubrió su fascinación por los procesos relacionados con la escultura cuando descubrió algunos depósitos de arcilla cerca de su casa, recibió un BFA en la Alfred University donde se centró principalmente en este arte. Más tarde le ofrecerían un puesto de trabajo para el artista de muebles Wendell Castle, donde recibiría otra educación en diseño y fabricación de muebles. Esto le llevará a trabajar con varios diseñadores de muebles por todo Estados Unidos, hasta que toda esa experiencia le lleva a combinar dicho aprendizaje con la escultura.
“Constantemente me encuentro mirando objetos mundanos o hacia el espacio. Simplemente no puedo creer cuán enfocada puede estar la gente durante largos períodos de tiempo. Ni siquiera tenemos tiempo para detenernos y mirar los objetos en los que confiamos para casi todos los aspectos de nuestras vidas diseñadas. Quiero ver todo, cada barandilla, paso, pomo de la puerta y bisagra. Estoy fascinado con los objetos y la consistencia de su forma y función. Después de hacer cientos de mesas de comedor rectangulares y circulares como fabricante de muebles, comencé a ver estos objetos como expresiones de funciones sociales que podrían modificarse para describir ciertas ansiedades o tensiones que ocurren en o alrededor de tales objetos.”
Michael Beitz
Aunque obviamente siente especial atracción por las formas y estructuras domésticas debido a su experiencia como fabricante de muebles, sus intereses también se dirigen hacia la tecnología y el diseño de juguetes de fin de siglo. “Me atraen la mecánica simple y los materiales naturales. Conceptualmente, me gusta hacer formas que se puedan considerar divertidas, pero que también contengan elementos de seriedad o ansiedad.” cuenta Beitz, que también crea piezas interactivas como casas plegables y otras estructuras móviles.
Michael Beitz nos deja un trabajo lleno de simbologías, una especie de perfomance escultórica donde las historias permanecen inmóviles y es el espectador quien interactúa para ellas, como el escenario de una película donde sus protagonistas se ven inmersos y crean su propio guión. Sentarse en una de sus mesas, o en uno de sus sofás, se convierte en un acto creativo en si mismo, pasando a formar parte del mensaje, o simplemente uno se puede abstraer en esos lugares de ensueño y sentir que forma parte de un entorno surrealista, pero seguro que a todos nos gustaría poder disfrutar del encanto y la magia de sus muebles y estructuras.
“No he tenido un estudio durante varios años, pero he logrado trabajar en estudios temporales en residencias de artistas. Planeo quedarme en mi ubicación actual por un tiempo y estoy buscando encontrar un estudio permanente. Puedo trabajar en cualquier lugar y me gusta el desafío de trabajar en nuevas ubicaciones. Como mi trabajo es grande y requiere mucho espacio, es naturalmente más fácil para mí trabajar fuera de las grandes ciudades.”
Michael Beitz
Una sutileza Enkil! Muy buenos trabajos!
Gracias Gustavo, estaría bien tener más espacios público de este tipo. Un abrazo! 😉