Zeen Chin es un artista conceptual e ilustrador freelance con sede en Kuala Lumpur, Malasia cuyo trabajo está principalmente dirigido a la línea editorial y a la industria del entretenimiento, especialmente los videojuegos. Sus temáticas van de la fantasía a la ciencia ficción, terreno en el que se desenvuelve con soltura y que le sirve para dar vida a diferentes personajes que ilustran cómics, juegos y otras publicaciones. Actualmente trabaja como ilustrador y artista conceptual para Applibot y Kingdom Death, y entre sus trabajos anteriores está el de Director de Arte para el estudio de animación 3D CGI con base en Malasia entre otros.
Aunque hay una clara influencia Manga en el trabajo de Zeen Chin, donde priman los guerreros y guerreras más al uso en estas situaciones, nos ha sorprendido su obra más personal (o así la hemos identificado), más alejada de los estereotipos creados para la industria de los videojuegos, una obra que no abandona la fantasía pero que tiene un carácter más conceptual y menos previsible. Una obra llena de sorpresas y de detalles a los que abandonarse y con los que poder disfrutar.
Zeen Chin no abandona en ningún momento ese aire oriental del que se nutre y con el que convive, pero le da forma con una gran carga surrealista y con grandes dosis de desenfadada pose. Sus ilustraciones digitales son una continua fiesta de belleza, luz, misterio y ensueño. Chicas acompañadas de pequeños y simpáticos diablillos y una paleta de colores apagados muy personal, forman un mundo que se mueve entre lo conocido y lo desconocido, dejándonos un maravilloso paisaje por el que nuestra imaginación se mueve con frescura.
Podemos ver y seguir el trabajo de Zeen Chin en su página de DeviantArt bajo el seudónimo de Zeen84, en ArtStation y en Facebook
Una obra fuerte y corrente con la fantasia de los videojuegos.
Obrigado Inominável 😉
La carga erótica de alguna de las obras, como la levitante My Spirit o la aérea I Want to Fly, en espectacular escorzo, es perfurbadora.
Si Antonio, estos asiáticos suelen tener en sus obras siempre una dosis de erotismo, a veces más disimulada que otras.