Kazuki Takamatsu es un artista japonés nacido en Sendai (prefectura de Miyagi), en 1978. Influenciado por los medios de comunicación y la creciente subcultura de sus tiempos, se graduará en la Universidad de Arte y Diseño de Tohoku en el 2001. Sus inquietantes imágenes en blanco y negro exploran narrativas sobre la vida y la muerte, así como sobre la sociedad que le rodea, a través de una técnica única de mapa de profundidad que él mismo ha desarrollado utilizando medios clásicos como el dibujo, el aerógrafo y la pintura aguada gouache) combinados con los gráficos por ordenador.
Kazuki Takamatsu ha conseguido crear un universo único que enseguida le identifica desarrollando la técnica del Gouache. El gouache (aguada, aunque el galicismo gouache puede derivar del italianismo guazzo), es una acuarela opaca. Es distinto de la pintura transparente sobre papeles brillantes, pues se puede pintar con gouache y aplicando campos lisos, con líneas precisas, pero normalmente se utiliza para producir un efecto de pinceladas con un flujo espontáneo.
A través de esta técnica de Gouache, las fantasmagóricas figuras de Kazuki Takamatsu parecen realizadas totalmente en digital, pero en realidad demuestra la destreza japonesa con el pincel. Con la superposición de un gran número de capas casi transparentes de gouache y acrílicos, crea exquisitos degradados, sombras de diferentes tonos de gris que sin embargo realzan el volumen de las figuras hasta darles la apariencia perfecta del acabado digital.
Motivos florales, armas, calaveras y la anatomía humana, son temas recurrentes en la obra de Takamatsu. Sus personajes femeninos enseguida nos hacen recordar el prototipo de chica manga que estamos acostumbrados a ver, sin embargo la paleta de grises y los matices entre el blanco y el negro que utiliza, las termina convirtiendo en unos seres mitad mujer mitad muñeca con los que simboliza los extremos,la bondad y la maldad, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte…
Kazuki Takamatsu tiene una completa web donde poder ver su extensa obra, y también su página de Facebook, pero a pesar de ser un autor ampliamente referenciado en blogs y revistas por toda la red, se confiesa crítico con la excesiva presencia de la tecnología en Japón, algo a lo que hace referencia en su trabajo, así como al alto porcentaje de suicidios —un problema nacional acentuado por la crisis económica, en un país en que existe desde siempre una tolerancia cultural hacia el acto de quitarse la vida— y a la oscuridad en torno a la reciente tragedia del terremoto, el posterior tsunami y la posterior catástrofe nuclear que sufrió Japón en marzo de 2011.
Sutil y elegante. Fascinante la combinación de capas y las texturas creadas. Me gusto como aún a traves de escenarios fantásticos y posturas cotidianas marcadas por la inocencia, expresa inquietud y misterio en cada obra.
Bien apuntado Pablo, gracias por el comentario 😉
Exquisitas, elegantes e inquietantes. Y sorprendentemente manuales. Una interesante muestra de cómo el arte emula lo que sea, incluso la tecnología para crear arte!!
Gracias Enkil, delicioso, como siempre!
Gracias Alberto! 😉
Takamatsu esquematiza y geometriza el cuerpo femenino introduciendo curvas de nivel como las de los mapas, o veteados que recuerdan los de la madera cortada y pulida; en otras figuras parece haber un un intento de reducir el cuerpo a figuras geométricas simples como conos o cilindros. En esta pretensión geometrizante este artista se parece un poco al anterior presentado, Dani Olivier, que también altera la visión del cuerpo femenino añadiendo proyecciones de curvas o superficies, como si se tratase de una pantalla. Me parecen ambos muy originales, y una vez más demuestran la ingente cantidad de posibilidades, de concepciones personales, de inagotable inventiva. En definitiva, la extensión infinita de las artes plásticas.
Otra observación inevitable: que incluso sometido a transformaciones , deformaciones y alteraciones de toda clase, el cuerpo no pierde su poder de sugestión, ni su encanto, ni su atractivo físico. Es asombroso.
Estupenda reflexión Antonio, muchas gracias por el comentario.