Le Turk es un fotógrafo francés nacido en 1983. Y poco más podemos comentar de su biografía, ya que el mismo reniega de ella “Las biografías suelen ser horribles y aburridas de leer -dice él mismo-. Y es normal, el concepto es ridículo. ¿Mis estudios? ¿Mi infancia? ¿Mis meses en el hospital psiquiátrico para confirmar que estoy loco?¿Mis precios, mis referencias para ver si vale la pena comprar a El Turko?… Esto es absurdo” Así que dejamos de lado sus datos biográficos y nos centramos en lo que realmente interesa, su trabajo artístico, y es que Le Turk es mucho más que un fotógrafo, aunque según él aterrizo por casualidad en el ámbito fotográfico.
Viendo la obra de Le Turk, nos damos cuenta enseguida de que la fotografía no es el único arte que participa en sus fotos. Las increíbles decoraciones de sus imágenes, el color, la puesta en escena de los personajes que inevitablemente nos hacen pensar en representaciones teatrales… Le Turk es un solitario. Cada universo ha sido construido con sus propias manos de forma artesanal. Una foto le puede llevar una semana hasta que consigue el resultado deseado, y la fotografía apenas sufre alteraciones en post-producción, por lo que la imagen es el resultado directo de todo el proceso llevado a cabo tras la composición de la escena. No importa que no sea perfecto, Le Turk es más que un fotógrafo, es un decorador, un albañil del maquillaje, un director y pintor de situaciones.
La obra de Le Turk se divide en distintas series como podemos ver en su web, historias de decadencia y autenticidad con las que crea extraños mundos bohemios de acróbatas y otros personajes fantásticos en clara referencia al mundo del cabaret, el burlesque y el circo. Todo está controlado y planeado hasta el más mínimo detalle, lo que le proporciona un disparo final exquisitamente interesante. El resultado son unas surrealistas escenas con un toque cinematográfico vintage que nos cuentan diferentes historias. Igual de variadas son sus influencias, muy acordes a los citados mundos del circo y el cabaret, pero donde también encontramos referencias al cine, la pintura o la música. Él mismo nos habla de dichas influencias: “Mis influencias son contradictorias y muy desordenadas…. Algunas ideas podrían ser: la cultura popular de los años 50, los cómics americanos, la historia de Francia, Bach, Mozart, Tom Waits, Fellini, la pintura romántica y simbólica de Otto Dix, el vino, las mujeres…”
La técnica fotográfica de Le Turk es, como ya hemos apuntado, casi artesanal. Su proceso creativo se divide en tres partes, imaginación, trabajo y final de etapa. La luz es otro de los elementos fundamentales en sus fotografías. Trabajando bajo luz artificial, cuenta con colores muy saturados, empujados al extremo, creando sus propios tonos a lo largo de sus decoraciones. El resultado final es un áurea especial que crea un mundo de fantasía donde se mueven extraños personajes que nos recuerdan a las películas de Caro y Jeunet, y también a algunas de las creaciones de Lachapelle, un universo sensual y poco convencional que agita y excita nuestra propia imaginación.
A pesar de que la obra de Le Turk parece funcionar como un guión gráfico, el fotógrafo francés asegura que sus imágenes simplemente surgen, dice: Siento que no tengo nada que “inventar”. Una imagen emerge y me pide existir. Una visión urgente. Estoy disponible a ella, y me convierto en su canal, su “siervo”. Sin embargo el trabajo de realización es tremendo, como se puede apreciar en los vídeos que salen en su web o en su página de Facebook. Le Turk va más allá de la fotografía, y aunque el diga que no tiene nada que “inventar” sus imágenes son el resultado de una prodigiosa imaginación capaz de crear mágicos mundos donde todo es posible.
Enkil!
Perfectas tus palabras sobre Le Turk! Es un albañil de la escena. Quiero un pasaje a esos sitios!
Abrazo grande!
¡Magnífico! El arte artesanal nunca pasará de moda.
Esperemos que no José Miguel 😉