Diego Dayer es un pintor nacido en Rafaela, Argentina, el 13 de Noviembre de 1978. Ya en 1993 comenzó sus estudios en el taller de la artista plástica Marcela Grosso quien lo incentivara día a día en el camino que pronto haría suyo. Cuando decidió extender sus alas y seguir desarrollándose como artista continuó con su perfeccionamiento en diversos cursos, seminarios y talleres, así como en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. Después de algunos años de desempeño artístico en su ciudad natal se muda a Córdoba, Argentina en el año 2002 para comenzar la Escuela de Artes de la Universidad Nacional, ciudad donde vive y trabaja actualmente. Ha realizado exposiciones colectivas e individuales en ciudades de Argentina, Estados Unidos y España. Su presencia en la red pasa por su blog personal, su página de Facebook o su presencia en Artelibre entre otras.
Rodrigo Alonso, miembro de la Asociación Argentina de Críticos de Arte, nos hace una excelente reflexión que nos ayuda a profundizar un poco más en la obra de este artista “…Las alegorías de Diego Dayer remiten de inmediato a la tradición académica. Las poses, los escasos objetos simbólicos, pero fundamentalmente el virtuosismo técnico desplegado en imágenes de apariencia fotográfica, evocan la herencia neoclásica, hablan al presente desde un lenguaje anclado históricamente. Sin embargo, algunos elementos rompen esa supuesta alianza con el pasado: la contemporaneidad de sus modelos -desde su fisionomía a su vestimenta- y el facetamiento secuenciado dan al conjunto un matiz actual, una inflexión que sólo se resuelve en el presente. Aunque en realidad, son múltiples las manifestaciones temporales que dialogan en su pintura: el legado académico, la actualidad de los modelos, la instantaneidad de la imagen fotográfica, la sucesión cinematográfica.”
Rodrigo Alonso
«Sus personajes, invariablemente adolescentes, son los portadores de una narrativa muchas veces conflictiva; otras, simplemente intrigante. Su coexistencia en el espacio pictórico no es natural; en general, aparecen superpuestos, incluso enmarcados, rememorando la técnica del cuadro dentro del cuadro, la operación metalingüística por excelencia. Una luz especial golpea con fuerza los cuerpos modelados por un claroscuro preciso. Su continua frontalidad apela al espectador de manera insistente. Enfatiza el drama pero, al mismo tiempo, reclama la contemplación de su expresividad silenciosa.»
Rodrigo Alonso
Pero el mismo artista nos habla sobre su obra en una entrevista que podéis leer completa aquí y de la cual extraemos algunos fragmentos. “Me gusta dibujar y pintar cosas que puedan ser identificadas con facilidad. Para eso, el valor iconográfico de la representación tiene que ser alto. Cuando era pequeño pasaba muchas horas rehaciendo un mismo dibujo para lograr que fuera igual que el original y al año siguiente volvía a repetir el mismo dibujo para seguir salvando errores. Ahora ya no tengo que repetir tantas veces el mismo dibujo pero igualmente me resulta muy difícil representar con objetividad algo que ya existe. Dicho en otras palabras: pintar en forma realista o fotográfica. Siempre se escapa algún detalle, y lo que lo hace más complicado es que todos tenemos modos diferentes de percibir las mismas cosas. Este oficio requiere de mucha paciencia y dedicación.”
Diego Dayer
“La fragmentación y repetición que aparece en muchos de mis trabajos surge para conectar la técnica que uso, clásica e histórica, con la actualidad. La primera vez que lo hice fue después de ver una pintura de Hugo Sbernini, donde también fragmentaba la imagen. Fue cuando recién comenzaba mi búsqueda estética y sentí que mi imagen tenía que estar fragmentada. Esta forma de romper la imagen y repetirla tiene mucho que ver con la publicidad actual, también con la forma en que recibimos la información de los medios gráficos y televisivos.”
Diego Dayer
“La belleza es algo muy difícil de explicar. La relaciono con emociones que me producen ciertas cosas. Creo que lo que todos describimos como belleza está ligado a lo físico y que hay otra parte más espiritual que envuelve al término. Esta otra parte, para mí, es la más importante y abarca muchas cosas, emociones, sentimientos, recuerdos, deseos, sensaciones… está por encima de todo lo físico. Pero a la hora de describir la belleza en una imagen creo que la mejor forma es buscar un símbolo que todos puedan entender como bello.”
Diego Dayer