John U. Abrahamson es un artista nacido en un suburbio de la clase obrera de Chicago en 1962. Sus pinturas oscuras y de un dramatismo sobrecogedor serán el resultado de una vida llena de trágicas experiencias y una educación religiosa que marcarán completamente su estilo. John ingresaría de muy joven en la iglesia episcopal como miembro profundamente devoto, adquiriendo un vocabulario visual religioso que jugará más adelante un papel fundamental en su trabajo.
A la edad de nueve años sus padres se separan, y su madre desaparece dejando tan solo una nota sobre la mesa. En los años 80 todavía estaba muy implicado con la iglesia, pero es gracias a su padre que consigue una educación verdadera, recorriendo junto a este y su hermana el mundo entero con lo que habían ahorrado. Mexico, Canadá, España, Francia, Italia, Alemania, Suiza, y Holanda, forman parte de su tránsito por medio mund y uexperiencia más en la vida del artista no exenta de altibajos emocionales.
La vida de John U. Abrahamson está marcada por la desgracia y la muerte y marca sin duda la configuración de su estilo. El suicidio de un amigo y de su novia, un accidente de coche de otros de sus amigos, la muerte de su hermana, cambios de residencia, la discapacidad física de su primera esposa como resultado de una lesión grave de espalda, son todo un cúmulo de desgracias y desatinos que lo irán persiguiendo a lo largo de su vida y que definitivamente ha trazado su trayectoria.
Abrahamson es un artista que explora con su obra el interior oscuro de la condición humana, el reflejo de sus temores internos, de su desesperación fundida entre el bien y el mal, del sufrimiento como castigo y redención. En su serie de “Fallen Angels” (Ángeles Caídos), utiliza estos como metáfora para vivir una vida en oposición total a las expectativas y obligaciones que la sociedad impone ante nosotros. Un mundo lleno de contradiciones que él ha elegido. En las últimas obras de esta serie la presencia de materiales quirúrgicos vienen condicionadas por su visión de estos durante los largos tratamientos de su primera esposa.
John U. Abrahamson trabaja con aceites sobre madera, acrílicos, papel entre otros materiales. Dentro del contexto de los Trabajos Oscuros, sus “Dark Works”, las imágenes sadomasoquistas fueron utilizadas principalmente como metáfora del amor, prepuesto a demostrar las restricciones y las consecuencias de la sofocación de una relación destructiva. También recientemente utiliza instrumentación médica para reforzar esas metáforas, una combinación del amor y la tragedia, pero también un sentimiento de esperanza en desafío a toda esa adversidad.
Sin embargo los temas religiosos los trata de forma poco literal y mucho más simbólica y vuelve a recalcar sus metáforas como vínculo general entre su vida y su obra. «Icons» muestra un marcado cambio en el espíritu y la mente de los dos órganos de trabajo anteriores. Es en esta serie donde comienza a examinar las cuestiones más amplias de la existencia. John mata literalmente al Dios de su juventud, La violencia de sus imágenes reflejan la desesperación ante las preguntas y respuestas que le habían perseguido, la consciencia de no haber encontrado nada, y a la vez el encuentro con la esperanza, la idea de que dentro de la fe perdida se encuentran las maravillas de este mundo y el amor capaz de superar cualquier noción de cielo o infierno.
John U. Abrahamson va más allá de lo políticamente correcto con su más reciente creación. Se trata de la instalación de «Flesh and Blood», presentada en el Bert Green Fine Art de Los Ángeles. Un conjunto de pinturas y un centro de instalación escultórica, una especie de altar hecha de acero, vidrio y madera donde se encuentran suspendidas 670 muestras de su sangre y carne del artista, sobre docenas de escritos a mano que representan 15 años de un diario de notas casi ilegibles que detallan los altos y bajos de una existencia agitada. Los espectadores son animados a sacar y guardar las páginas al azar, en un esfuerzo por ayudar a la purga del pasado frenético del artista y empezar una nueva tábula rasa. Sobre esta instalación y el resto de sus obras, además del muy completo blog creado para la ocasión, Abrahamson nos deja también una muestra visual en vídeo en su canal de YouTube.
Sin duda la obra de John U. Abrahamson no será fácilmente digerible por el espectador medio. El uso a veces abusivo de iconografías oscuras y de la sangre como hilo conductor, provoca en muchas ocasiones disparidad de opiniones. Sin embargo no es menos cierto que todo ello forma parte de la lucha interior del ser humano que pugna por expresar sentimientos contradictorios y la vida misma, en demasiadas ocasiones más oscura que dichas creaciones artísticas. Es esta expresión salvaje y directa la que hace que muchas veces expulsemos de nuestro interior los fantasmas que devoran nuestras almas atormentadas y con ello hagamos una transición donde la esperanza es la luz que brilla después de la oscuridad.
Es impresionante la obra de este artista, cuando veo su obra me imagino a H.R. Giger, gracias por poner este artista y esta obra.
BRILLANTE!!!!!!
Un artista impactante, tan carnal y oscuro. Como bien has desrito en tu texto, la creación a menudo es un acto de catarsis, de liberación y en este caso es más que evidente. Y es por eso que nos toca la fibra, nos sacude.
Ha sido un descubrimiento estupendo, algo ya habitual en tu página. Gracias.
Un besazo, vampiro.
En general es muy fácil «epatar», llamar la atención tratando temas religiosos. Y no soy nada, pero nada, religioso. Dibujar a Cristo crucificado y con una erección,…. …no le veo yo la gracia como tampoco a Mahoma con una bomba por cabeza. O al Príncipe de Asturias follando con su señora.
Pero lo de este hombre, John U. Abrahamson, es tremendo. Yo me quedaría con «The Red Door».
Un saludo 😉
Yo creo que muchos artistas (aunque no todos, y hay que saber diferenciarlos), usan el tema religioso como un motivo expresivo que refleja muchas cosas (la hipocresía de la religión, la influencia de esta en tu educación o tu entorno, el impacto de ciertas fustraciones como creencias y desengaños, etc.) Hay que reconocer que el uso de temas religiosos ha sido motivo de censuras sin sentido como le pasó a Fernando Bayona y otros muchos. También hay artistas que tal vez busquen esa provocación por un motivo u otro (no siempre con buenas intenciones).
Creo que en el caso de Abrahamson está bastante justificado esas referencias (una educación religiosa y unas creencias rotas por las desgracias que le han acontecido). También es una etapa, pues como se ve en su obra en su más recientes creaciones abandona en cierta medida esas referencias (o al menos se encuentran más camufladas), si bien la sangre y la carne siguen siendo un vínculo permanente entre el artista y su arte y creo que de nuevo justificadamente.
No podemos escandalizarnos de las imágenes grotescas en un mundo donde convivimos con esas imágenes y son reales, o, como muy bien dice el dicho «la realidad supera la ficción», y es más cruel podríamos añadir.
Cada uno tenemos nuestra particular forma de expresar nuestros fantasmas, así como nuestros deseos y pasiones. No siempre es de visión fácil, pero es que la vida tampoco es algo fácil, y si bien el amor es importante y valioso, el dolor forma parte de nuestro día a día incluso con más frecuencia.
Muy potente, me ha gustado mucho, no lo conocia.
Gracias
Slds a todos