Michel Comte nació el 19 de febrero de 1954 en Zurich, Suiza. A la edad de doce años ya estaba activamente interesado en la fotografía, sobre todo en las obras de Man Ray, Weegee y el fotógrafo suizo Gottard Schuh. El empezaría haciendo carrera en la restauración de arte, trabajando para la galería de Pierre Boissons, así como para Bruno Bischofberger y Thomas Amman. Este trabajo le llevaría a París, en donde durante una conversación en la cena de una fiesta se le pediría que fotografiara la última campaña de Ungaro. Esto dará comienzo a su carrera fotográfica.
En 1979 recibió su primer encargo publicitario de manos de Karl Lagerfeld para la marca de moda Chloé y se trasladó a París. En 1981 se mueve a Nueva York y más tarde a Los Ángeles, trabajando para Vogue. Después de Ungaro y Chloé su trabaja aparece regularmente en las revistas de moda más importantes como Vogue italiano y americano, l’Uomo Vogue, Interview o Vanity fair.
Comte pasó de ser un fotógrafo desconocido a ser el hombre más buscado en «el negocio», estableciéndose como uno de los personajes más buscados del mundo de la moda y las revistas, con reportajes en su haber de celebridades tan diversas como Julian Schnabel, Jeremy Irons, Demi Moore, Mike Tyson, Carla Bruni o Michael Schumacher. Sus clientes comerciales incluyen Gianfranco Ferré, Giorgio Armani, Dolce &Gabbana, Moschino, Cerruti, Illy Caffè, Pomellato and Trussardi y Céline.
A pesar de su éxito con la moda y la fotografía publicitaria, Michel Comte nunca ha perdido de vista su interés en la gente, una curiosidad que lo obliga a documentar el comportamiento humano más allá de los confines de su estudio. Ese deseo, y sus viajes por todo el mundo, llevar a su colaboración con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y a crear su Fundación del Agua. Esta derivación hacia la fotografía periodística y documental le ha llevado a viajar a través de zonas de guerra en Afganistán, Irak, Bosnia o Sudán. Actualmente, está trabajando en una película sobre las atrocidades cometidas durante el régimen de los Jemeres Rojos en Camboya.
Michel Comte es uno de los fotógrafos vivos más prolíficos, ha trabajado en casi todos los géneros de la fotografía. El fotógrafo autodidacta ha fotografiado para casi todas las revistas internacionales más importantes y ha expuesto en los principales museos y galerías de todo el mundo. Ya sea en reportajes o en el mundo de la moda, siempre ha permanecido fiel a su estilo característico e inimitable.
Muchas de las fotografías de Michel Comte son realmente memorables, incluso inolvidables, captando la esencia de su fotografía en un acercamiento a los clásicos. No es de extrañar que la mayoría muestren mujeres o celebridades, ya que estas son las áreas donde ha desarrollado una maestría sin igual. No es fácil hacer una fotografía a una celebridad, todos hemos visto esas caras tantas veces que parece que las conozcamos personalmente. Michel Comte tiene una habilidad especial para conseguir que esa imagen tan conocida parezca que sea la primera vez que la vemos.
Las fotografías de Comte tienen un atractivo casi mítico, Miles Davis se transforma en un faraón embalsamado, o Jeremy Irons en un dandy con monóculo que le da un aspecto de suave frialdad. O simplemente deja que su ojo siempre atento capte una expresión facial que parece expresar el alma del modelo. El mismo equilibrio de la espontaneidad y la presencia icónica caracteriza a sus mujeres. Michel Comte sabe cómo transformar las mujeres en diosas de la era mediática, atemporal y contemporánea al mismo tiempo.
A lo largo de su carrera, ha habido un motivo al que Michel Comte ha regresado una y otra vez, la mujer. Sus retratos de estrellas femeninas y supermodelos son obras maestras sin igual. Empáticas y glamoroso a la vez, sus fotografías capturan la esencia de los modelos con una inmediatez sorprendente. Él revela su fuerza y celebra su belleza de forma brillante. Michel Comte evita trucos baratos y emociones y va directamente a ese momento decisivo cuando la expresión de una mujer y la postura revelan su yo interior. Parece fácil, pero se necesita un maestro para hacerlo. En la actualidad, vive y trabaja entre Zurich, París, Nueva York y Los Ángeles.
Un recorrido completo por la obra de Michel Comte es un viaje necesario, y recomendable. Sus retratos convierten las celebridades en verdaderas obras de arte, dejándonos que nos acerquemos a ellas y las veamos desde una perspectiva diferente, sus desnudos nos seducirán, sus paisajes nos impresionarán y aún nos quedarán más sorpresas como su serie Paparazzi, una especie de «detrás de la escena» o sus fotografías sobre deportes y moda.
Magnifique série…Abrazo
Es un maestro!! impresionante trabajo, muy cautivador