Bob Carlos Clarke – Erotismo, Drama y Sensualidad

Bob Carlos Clarke nació en el condado de Cork en Irlanda en 1950 y falleció arrollado por un tren cerca de Barnes, en Londres en el año 2006. Clarke tiene la merecida reputación de ser un fotógrafo extremadamente versátil así como uno de los mejores positivadores fotográficos. Su obra sigue una línea llena de misterio, imaginación y fotografías monocromas llenas de erotismo. Trabajo como fotorreportero y fotógrafo publicitario, y en 1975 completó un máster en fotografía en el Royal College of Art. Bob Carlos Clarke se ha posicionado como uno de los más demandados fotógrafos de moda, retratos y comerciales, realizando campañas para Smirnoff y Volkswagen, entre otras.

Carlos Clarke es quizás más conocido por las series de libros que ha producido, la mayoría de ellos llevando la brillante técnica de la fotografía publicitaria a un mundo de voyeurismo, drama y sensualidad. Las naturalezas muertas monocromáticas de Clarke son sus obras más subversivas. Al revelar multitud de detalles, sus primeros planos de cuberterías aparecen como extraños objetos del fetichismo, particularmente al ser considerados en el contexto de sexualidad velada de la obra del autor, y sus alargados mangos se identifican con las piernas de la mujer.

El 25 de marzo de 2006, el fotógrafo irlandés Bob Carlos Clarke salió de un hospital de Barnes, al suroeste de Londres, tras hacerse un chequeo, fue caminando hasta una cercana vía de ferrocarril y se tiró delante de un tren. Tenía 55 años. La policía dijo que “El incidente no había sido considerado sospechoso”. Fue el triste final de la carrera de un talentoso fotógrafo, quien vivía a unos pocos kilómetros en Chelsea, con su segunda esposa y su hija adolescente, y que había vendido recientemente su estudio en Battersea, también muy cerca, hacía un año.

Célebre por sus fotos de desnudos, sus impactantes anuncios publicitarios y sus retratos de famosos como Keith Richards, Dita Von Teese, Caprice, Marco Pierre White y Rachel Weisz, también realizó otro tipo de trabajos que ahora están empezando a ser reconocidos. Sin embargo se le consideraba ante todo el “Helmut Newton británico”.

Clarke se mantuvo siempre en el filo entre el comercio y el arte. Él mismo siempre puso en duda su propio talento. La National Portrait Gallery nunca se lo reconoció en vida, aunque colgó una foto suya tras su desaparición.

Bob Carlos Clarke es famoso por fotografiar a las mujeres de una manera que desafía la percepción de la fantasía y la realidad, haciendo difusa la línea que los divide. Sus imágenes pueden ser hermosas, pero desconcertante, prosaicas, pero fetichistas, sinceras, pero voyeurísticas. Algunas escenas provocan una reacción visceral y otros son naturales, vírgenes y, según el artista, de una belleza no siempre convencional. Los desnudos de Carlos Clarke son estéticamente impresionantes e ideológicamente menos complejos que el de otros temas fotográficos.

A Clarke no le gustaban las modelos convencionales. El cincuenta por ciento de ellas, según él, serían rechazadas por una agencia de modelos. «La diferencia entre las supermodelos o las chicas que encuentras en los clubs o en la calle, es que tienes la sensación de haber encontrado tus propias setas, de lo contrario, parece que tengas un producto con el que conseguir un montón de dinero con él. Es extraño porque es como una puta. Es como la diferencia entre tener relaciones sexuales con alguien que amas o con alguien a quien estás pagando.»

Bob Carlos Clark

«La gente con una belleza convencional pueden ser las personas más aburridas del mundo. Mis chicas favoritas para fotografiar son a menudo locas que terminan durmiendo en la calle por la noche y asumen riesgos. Asumir riesgos es una cosa muy importante para conseguir un resultado, alguien dispuesto a ponerse delante de una cámara sin ningún temor. Para eso se necesita mucho coraje o un montón de confianza y a menudo las supermodelos no lo tienen. Tienen a su agente sentado al lado que le dice lo que pueden y no pueden hacer. Me gusta pensar que soy muy escrupuloso para no explotar a la gente, trabajo con ellos y no contra ellos por así decirlo. Si estamos haciendo una sesión de fotos les daré el control. Vamos a ir juntos a través de las imágenes y todo lo que les moleste a ellas será retirado.»

Bob Carlos Clark

Otra serie singular en sus fotografías son los utensilios de cocina y cuberterías. Estos aparecen como extraños objetos del fetichismo, particularmente al ser considerados en el contexto de sexualidad velada de la obra del autor. Sus alargados mangos se identifican con las piernas de la mujer, y la forma en que entrecruza los cubiertos le confiere un aspecto sexual descarado.

Publicó varios libros en vida, como una versión ilustrada del “Delta de Venus” de Anais Nin (1980), Obsession (1981), White Heat (en colaboración con el chef Marco Pierre White en 1990), The Dark Summer (1995), Shooting Sex (2203) y su último libro Love Dolls Never Die (2004).